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<br />Moderador/a: Carlos Subirats (U. Autónoma Barcelona), Mar Cruz
(U. Barcelona)
<br />Editoras: Paloma Garrido (U. Rey Juan Carlos), Laura Romero (UB)
<br />Programación, desarrollo: Marc Ortega (UAB)
<br />Directoras/es de reseñas: Alexandra Álvarez (U. Los Andes,
Venezuela), Yvette Bürki (U. Bern, Suiza), María Luisa Calero (U.
Córdoba, España), Luis Cortés (U. Almería)
<br />Asesoras/es: Isabel Verdaguer (UB), Gerd Wotjak (U. Leipzig,
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<br />Colaboradoras/es: Julia Bernd (Cause Data Collective, EE.UU),
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<br /><font style="font-size:90%">© Infoling 1996-2012. Reservados
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<br /></br><hr /><b>Novedad bibliográfica:</b><br />Klemperer,
Victor. 2007. LTI. La lengua del Tercer Reich. Apuntes de un filólogo
(traducción de Adan Kovacsics). Barcelona: Minúscula
(Colección: Alexanderplatz, 4. 22 págs.,
ISBN: 8495587076. Precio: 410,00 EUR)<br /><b>Información de:</b>
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/><b>Descripción</b><br /><p> LTI. La lengua del Tercer
Reich<br />Publicado por Rodrigo<br /><a
href="http://www.hislibris.com/lti-la-lengua-del-tercer-reich-%E2%80%93-victor-klemperer/"
target="_blank">http://www.hislibris.com/lti-la-lengua-del-tercer-reich-%E2%80%93-victor-klemperer/</a><br
/><br />Más que la propaganda de los discursos, las octavillas y los
carteles, afirma Victor Klemperer, el instrumento que permitió al
nazismo instilar su veneno en las masas fue el lenguaje: palabras
aisladas, expresiones y formas sintácticas repetidas hasta la
saciedad y que, favorecidas por su simplicidad, acababan por penetrar
en el inconsciente de los individuos, quienes las asimilaban y las
reproducían mecánicamente. Si, por otra parte, es cierto que el
lenguaje –su estilo, sus énfasis- revela de las personas más de lo
que ellas quisieran, el sello de una época se halla también en el
lenguaje prevaleciente. Pocas cosas pueden ser más relevantes para la
puesta en evidencia del nazismo, pues, que el conocimiento de la LTI:
Lingua Tercii Imperii, que es como Klemperer designa a la lengua del
Tercer Reich. Una lengua que, para decirlo con nuestro autor,
envenenó cantidad de conceptos y sentimientos y que revela mucho de
las convicciones, propósitos y hábitos de pensamiento del
nazismo.<br /><br />Victor Klemperer (1881-1960) fue un filólogo e
historiador de la literatura alemán de origen judío, primo del
célebre director de orquesta Otto Klemperer. Tras combatir como
voluntario en la Primera Guerra Mundial, inició una trayectoria
académica que lo condujo a una cátedra de literatura francesa en la
Universidad de Dresde. Forzado a dimitir por las leyes antijudías
promulgadas por el régimen nazi, rehusó adoptar la vía del exilio
y, casado con una mujer etiquetada como «aria», soportó en
condiciones precarias casi toda la duración del Tercer Reich en
Dresde. Escribió en ese tiempo unos diarios, los que fueron
publicados por primera vez en Alemania en 1995. A partir de algunos de
sus apuntes sobre el habla nazi, Klemperer publicó en 1947 el libro
LTI, Apuntes de un filólogo, una interesante recopilación de
observaciones que revelan al experto y al erudito pero que ante todo
es un testimonio a la vez dramático y ameno de un genuino
humanista.<br /><br />Que el régimen nazi desvirtuó ideas o
conceptos se manifiesta por ejemplo en su empleo de los términos
«heroísmo»y «fanatismo», machaconamente explotados por el
discurso oficial. Antes del Tercer Reich, la palabra «fanático»
solía tener connotaciones negativas, asociada como estaba en la
propia Alemania a una actitud amenazadora y repulsiva. El régimen
nazi convirtió el fanatismo en una virtud, y es en este sentido que
inundó toda clase de textos y comunicados, desde artículos
periodísticos y discursos a felicitaciones personales y proclamas
dirigidas a organizaciones, militares y civiles. Se hablaba sin rubor
de «juramento fanático» y de «valentía fanática», y se
ensalzaba a Goering como «fanático amigo de los animales». Cuando
la situación militar se tornó definitivamente crítica y la palabra
parecía desgastada e insuficiente, Goebbels consideró necesario
exhortar a un «fanatismo feroz»… como si existiese un fanatismo
dócil. Con Klemperer, por otro lado, se puede recelar del heroísmo
cuando carece de pureza y de discreción. «Lo que reprocho al
concepto de héroe aplicado por el nazismo –dice nuestro autor- es
precisamente su continua dependencia de lo decorativo, la
fanfarronería de su presencia. El nazismo nunca conoció oficialmente
un heroísmo honesto y auténtico. Y de este modo falsificó y
desacreditó todo el concepto». La manipulación del término daba
pie a la lectura entre líneas, especialmente después de Stalingrado:
cuando un parte de guerra informaba que las tropas luchaban
heroicamente, se podía suponer que a las tropas les iba fatal.
«Heroicamente» sonaba a necrología.<br /><br />La propensión del
nazismo a absorber los espacios y las almas, su impulso totalitario,
queda en evidencia en el uso de la palabra «coordinar»; palabra que
revela también una tendencia a la mecanización y la automatización.
Las instituciones debían alinearse con el ideario y las metas del
nazismo, hacerse partícipes de su cosmovisión. La judicatura, los
sindicatos, el cuerpo docente, las iglesias, los coros, los clubes
deportivos, también las organizaciones de extrema derecha que podían
rivalizar con el partido nazi -tal el caso de los Cascos de Acero-;
ninguna instancia corporativa debía quedar exenta de la política de
«coordinación», que era en verdad una empresa colosal de
homogeneización de la sociedad bajo el signo de la esvástica. La
omnipresencia del término podía prestarse a su ridiculización, como
ocurrió cuando un humorista (con seguridad en los tiempos iniciales
del régimen), a propósito de una salida a terreno realizada por la
Asociación de Excursionistas, declaró que la naturaleza acababa de
ser «coordinada».<br /><br />«El lenguaje del vencedor… no se
habla impunemente. Ese lenguaje se respira y se vive según él»,
sentencia Klemperer. Hombres y mujeres nada sospechosos de congeniar
con el nazismo, algunos de ellos pertenecientes al número de sus
víctimas, podían dar pruebas de la exitosa difusión del habla nazi.
Un dentista que profesaba aversión a su país y se confesaba
anglófilo a rabiar, tenía a bien decir que los alemanes eran
«caracterialmente inferiores», recurriendo a un término
–«caracterial»- acuñado por los nazis e impregnado de
connotaciones racistas. Una colega de Klemperer, filóloga de origen
judío desaparecida más tarde en un campo de concentración, podía
largar en presencia del autor una retahíla de eslóganes y lugares
comunes del nazismo comprimidos en apenas un par de frases: según
ella, había que leer a Goethe, había que ser «alemanes
fanáticos», había que «lavar a la patria de su no-germanidad». En
el libro sobre el judaísmo en la vida intelectual del siglo XIX
publicado en 1936 por Arthur Eloesser, judío y otrora admirado por
Klemperer, se multiplicaban los tópicos característicos de la LTI:
cundían las burdas generalizaciones sobre el judío alemán y en
torno a lo alemán; cierto personaje de Heine era un judío
«camuflado» (precisamente un estigma que los nazis adjudicaban al
propio Heine); se hablaba de la «llamada mística de la sangre»…
Una perla: en el ámbito cultural, según Eloesser, los judíos
alemanes se creían «coordinados» con sus compatriotas no judíos.
En fin. Testimonios del triunfo de una mentalidad perversa, enfermiza,
considerada durante años como virtud suprema.<br /><br />Por
supuesto, la LTI no tenía necesidad de inventar todos sus términos y
expresiones, casi siempre le bastaba con apropiarse de los ya
existentes e impregnarlos de una connotación específicamente nazi.
El sentido peyorativo original de una palabra como «masificación»,
cuyo origen puede rastrearse en la crítica de arte y en el
vocabulario especializado de disciplinas como la sociología y la
economía, resultaba neutralizado por la demagogia del colectivismo
racial. Ya Flavio Josefo y el novelista Lion Feuchtwanger habían dado
lustre a la expresión «guerra judía», pero en el contexto del
Tercer Reich venía a significar algo muy distinto, cargado de
connotaciones funestas, como todo lo relacionado con los judíos. A
propósito: a día de hoy, apenas hace falta extenderse demasiado
–al menos en el espacio de una reseña- sobre la importancia de
términos como «el judío» o «lo judío» en la práctica
lingüística de los nazis. «Lo judío» era en la versión nazi el
común denominador de todo lo que pudiese haber de negativo en el
mundo; en definitiva, un resumidero de falacias, simplificaciones y
generalizaciones espurias. Klemperer dedica a este apartado algunas
de sus observaciones más interesantes.<br /><br />Había en el
nazismo una especie de infantilismo que lo impulsaba a concebir sus
logros –presentes y futuros- en términos superlativos. De partida,
el Tercer Reich debía ser el imperio más grande y poderoso de todos
los tiempos. Cada uno de los productos salidos de sus fábricas
debían ser «los más modernos», «los más eficientes», «los más
poderosos» del mundo. Todo se expresaba de modo superlativo. No
había simplemente batallas ni enemigos, lo que había eran un
«enemigo universal» y «batallas de aniquilación» o «la mayor
batalla de la historia». Klemperer aplica el escalpelo a lo que
denomina la «maldición del superlativo», que en la LTI adquirió
proporciones inauditas. La fanfarronería y las exageraciones que
proliferaban en la propaganda y en el discurso cotidiano llevaron al
extremo lo que, siguiendo al autor, puede considerarse como la raíz
específicamente alemana del nazismo: la supresión de los límites,
una desmesura casi delirante que remonta a la esencia del romanticismo
y su intento de asir lo ilimitado. Klemperer afirma precisamente que
«la raíz alemana del nazismo se llama romanticismo».<br /><br
/>Más información: <a
href="http://www.elcultural.es/version_papel/LETRAS/4438/LTI_La_lengua_del_Tercer_Reich/"
target="_blank">http://www.elcultural.es/version_papel/LETRAS/4438/LTI_La_lengua_del_Tercer_Reich/</a><br
/>Más información: <a
href="http://www.letraslibres.com/revista/libros/la-lengua-del-tercer-reich-de-victor-klemperer"
target="_blank">http://www.letraslibres.com/revista/libros/la-lengua-del-tercer-reich-de-victor-klemperer</a><br
/>Más información en la editorial Minúscula: <a
href="http://www.editorialminuscula.com/alexanderplatz.html#reich"
target="_blank">http://www.editorialminuscula.com/alexanderplatz.html#reich</a></p><br
/><b>Temática:</b> Análisis del discurso, Antropología
lingüística, Lexicografía, Lexicología, Sociolingüística<br
/><br /><b>Índice</b><br /><p>No disponible</p><br /><b>Información
en la web de Infoling:</b><br /> <a
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http://www.infoling.org/informacion/NB584.html</a></body></html>