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I forwarded Randy's post to my colleague Guillermo González, and I
take the liberty to send around to the list what he answered me.<br>
<div class="moz-forward-container">Christian<br>
<br>
-------- Weitergeleitete Nachricht --------
<table cellpadding="0" cellspacing="0" border="0"
class="moz-email-headers-table">
<tbody>
<tr>
<th valign="BASELINE" align="RIGHT" nowrap="nowrap">Betreff:
</th>
<td>Re: Re: [Lingtyp] Traditional view of language and
grammar in indigenous societies</td>
</tr>
<tr>
<th valign="BASELINE" align="RIGHT" nowrap="nowrap">Datum: </th>
<td>Thu, 03 Jul 2025 19:05:40 -0600</td>
</tr>
<tr>
<th valign="BASELINE" align="RIGHT" nowrap="nowrap">Von: </th>
<td>Guillermo González Campos
<a class="moz-txt-link-rfc2396E" href="mailto:gonzalezcampos@gmail.com"><gonzalezcampos@gmail.com></a></td>
</tr>
<tr>
<th valign="BASELINE" align="RIGHT" nowrap="nowrap">An: </th>
<td>Christian Lehmann
<a class="moz-txt-link-rfc2396E" href="mailto:christian.lehmann@uni-erfurt.de"><christian.lehmann@uni-erfurt.de></a></td>
</tr>
</tbody>
</table>
<br>
<br>
<div dir="ltr">
<p>En términos generales, coincido con los planteamientos
expuestos por Randy LaPolla en su exposición sobre las
diferencias entre culturas orales y culturas letradas,
particularmente en lo que concierne a la conciencia
metalingüística. En mi trabajo con hablantes cabécares, nunca
he encontrado una reflexión explícita sobre la estructura
gramatical de su lengua. No parecen preguntarse por qué el
idioma funciona como lo hace ni intentan descomponer sus
elementos lingüísticos; más bien, parece asumirse que la
lengua “es así” y punto, como si su organización interna no
requiriera explicación.</p>
<p>Este fenómeno resulta aún más llamativo considerando que
muchos de los hablantes cabécares con los que he trabajado son
bilingües en español y cabécar. A pesar de las profundas
diferencias estructurales entre ambas lenguas —por ejemplo, en
lo relativo al orden de palabras, al sistema de marcación y a
la morfología verbal—, ni siquiera entre los hablantes
bilingües he hallado señales claras de una inquietud
metalingüística. La comparación entre las lenguas parece no
despertar una conciencia estructural de las diferencias, lo
que refuerza la idea de que dicho tipo de conocimiento no
emerge espontáneamente del uso, sino que es adquirido mediante
procesos educativos formales.</p>
<p>Este punto se vincula directamente con discusiones previas
que he tenido sobre el tema de la traducción. Cuando los
cabécares traducen al español o viceversa, no lo hacen desde
una conciencia gramatical explícita. No analizan las oraciones
para identificar sus partes ni buscan equivalencias
morfosintácticas. Lo que realizan es una traducción basada en
sentidos pragmáticos: reproducen el contenido comunicativo en
lugar de descomponer la forma lingüística. La oración no se ve
como un objeto que pueda diseccionarse, sino como un acto
integral de significación.</p>
<p>He observado, sin embargo, un fenómeno distinto entre algunos
maestros cabécares formados en el sistema educativo nacional.
En esos casos, sí aparecen intentos de reflexión gramatical,
pero notablemente mediados por el español. Es como si la única
forma que concibieran para analizar el cabécar fuera calcar
sobre él las categorías y estructuras del castellano. Muchos
de estos docentes tienden a forzar la gramática del español
sobre la lengua indígena, como si no fuera posible concebir
una metalingüística cabécar autónoma. Esto refuerza aún más la
hipótesis de que la conciencia metalingüística es una
construcción adquirida, no espontánea; es producto de la
enseñanza formal y, muchas veces, se introduce desde marcos
conceptuales ajenos a la lengua originaria.</p>
<p>En lo que sí me permito disentir con LaPolla es en su
afirmación —tomada de Goody y Watt— de que en las culturas
orales no existe una conciencia clara del pasado ni una
distinción entre lo que fue y lo que es. En el caso cabécar,
sí hay una viva conciencia de que hubo un periodo anterior, un
tiempo distinto del presente en el que ocurrieron cosas
relevantes, algunas de ellas fundacionales. Estos relatos del
pasado no siempre se organizan cronológicamente como lo haría
la historiografía occidental, pero sí expresan una
diferenciación clara entre un antes y un ahora. En este
sentido, los cabécares no viven únicamente en un presente
mítico o ahistórico: reconocen que el mundo ha cambiado y que
lo anterior, aunque vivido como parte de una continuidad
simbólica, ya no es lo mismo que lo actual.</p>
</div>
<br>
<div class="gmail_quote gmail_quote_container">
<div dir="ltr" class="gmail_attr">El jue, 3 jul 2025 a las 1:00,
Christian Lehmann (<<a
href="mailto:christian.lehmann@uni-erfurt.de"
moz-do-not-send="true" class="moz-txt-link-freetext">christian.lehmann@uni-erfurt.de</a>>)
escribió:<br>
</div>
<blockquote class="gmail_quote"
style="margin:0px 0px 0px 0.8ex;border-left:1px solid rgb(204,204,204);padding-left:1ex">Te
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</blockquote>
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