Jogos de bola

Pedro Viegas Barros peviegas2003 at YAHOO.COM.BR
Fri Jun 5 20:07:38 UTC 2009


Estimado Danilo
 
 
Parece que algunos juegos de pelota eran practicados por distintos pueblos nativos de la Patagonia. 
 
 
Yendo de sur a norte, entre los yaganes (o yámanas) el juego de pelota recibía el nombre, según Gusinde (1986: 739) de <kálaka>. Bridges (1933: 201) escribe este término <k[a:la].-ka> (remplazo con <<a:> la letra usada por el autor) y lo define de la siguiente manera: ‘A ball of the stuffed food of a molly, a ball of any kind, a game of wrestling’ y considera que este lexema es un derivado de <ka:la> ‘A bark bucket, any bucket or pail’. Hay una forma aparentemente comparable en alacalufe central: (Borgatello 1928: 45) <kalkai> ‘giuocare’ (¿préstamo?).
 
 
En relación a los selknam (“onas”) de Tierra del Fuego, Martínez Crovetto (1987: 37-38) consignó lo siguiente: ‘De acuerdo con Angela Loij, acostumbraban fabricar la pelota con cuero de coruro relleno de pasto. Para jugar con ella, formaban una rueda y la impulsaban con la mano, interviniendo adultos de ambos sexos. La pelota se llama át’u, mientras que la apelota de goma introducida por los blancos se denomina chat(o)’ Martínez Crovetto (1986: 36-37) cita también las siguientes referencias a este juego entre los selknam [las traducciones de Tonelli, Lothrop y Gusinde son de Martínez Crovetto]:
 
-- Segers (1891: 76): ‘Conocen también un juego de pelota, objeto que fabrican con las membranas natatorias de los penguines ó de otra ave acuática que las tenga muy desarrolladas. Para ello las desprenden cuidadosamente de los dedos del ave y las rellenan de pasto seco que cosen prolijamente mientras están frescas, de modo que al secarse se achican y queda la pelota dura. Todo el juego consiste en mandarse la pelota el uno al otro lo más lejos posible como en el juego del pallone. Las mujeres nunca toman parte en estas diversiones permaneciendo sentadas como simple espectadoras’.
-- Del Turco (1903: 20): ‘… juegan a la pelota, que es su diversión predilecta; las pelotas son de piel de guanaco, llenas de pelo del mismo animal, de pluma o de otra materia elástica’.
-- Beauvoir (1915: 204): ‘La pelota la hacen con un manojo de yerbas secas, o de plumas, o pelos amarrados redondamente del tamaño de un puño. Lo juegan juntos siete, ocho o más, formándose un círculo, enviándose la pelota del uno al otro, en alto unos metros y transmitiéndosela así alrededor, hasta que alguno o por menos listo, o por descuido, la deja caer al suelo y pierde; iendo causa ésta, de las risas generales u alborozo común de todos los jugadores y asistentes. Este juego es muy común, practicado por chicos y grandes’.
-- Tonelli (1926: 127-128): ‘El juego de la pelota es el preferido de los muchachos onas. Muchas veces usan una vejiga de animal (guanaco, caballo, buey) inflada con aire de los pulmones, que se llama ahora ash-ket. Cuando tienen una pelota bien esférica…la llaman toker, nombre que los indios dan a las piedras perfectamente esféricas. Los muchachos juegan disponiéndose en círculo y lanzándose la pelota y atrapándola en el aire’.
-- Lothrop (1928: 91) ‘Los ona también se entregaban a un simple juego de pelota que consistía en nada más que tirar y agarrar la misma. La pelota (chato), del tamaño de una de base-ball estaba hecha con piel de una gaviota grande… que se parece bastante a un albatros. Su piel es llenada con pasto seco’.
-- Gusinde (1931: 1139): ‘Mucho más raro es que los shelknam se entretengan jugando a la pelota = ch’aturr; varios adultos se ubican formando un círculo más o menos regular y conservando una cierta distancia entre uno y otro. El dueño de la pelota la arroja hacia arriba y al centro de la rueda. Allí, al bajar la pelota, el más proximo debe impulsarla nuevamente hacia arriba con la palma de la mano. Así continúa el juego y se pone atención en que la pelota no caiga al suelo. La pelota = ch’at, se confecciona preferentemente con un trozo blando de cuero, dentro del cual se colocan plumas o líquenes en cantidad suficiente como para que, al cocerlo, forme una esfera dura. Su diámetro varía entre 8 y 14 cm. Los habitantes de la costa utilizan las membranas interdigitales de grandes aves marinas, a las cuales rellenan y cosen del mismo modo que los yamanas, siendo entonces más livianas. No cabe duda de que el juego de la pelota no los
 divierte mucho’ Martínez Crovetto agrega que “…más adelante (pag. 1140) [Gusinde] sostiene que las niñas gustan más de este juego que los varones y que Del Turco exagera la predilección de los ona por el mismo”.
Najlis (1975) da las formas à’t’òw ‘pelota’ (y ‘riñones’), cahto ‘pelota’.
 
 
Para el tehuelche, Fernández Garay (2004) registra c’aro’ (y variantes: c’aro’n, c’a:ron, c’aron, c’a:ro’, c’aro, c’a:ro) ‘pelota’. En este momento no recuerdo si en la bibliografía etnográfica de los tehuelches hay referencias a un juego de pelota.
 
 
En lo que respecta a los günün a küne (o puelches), hablantes de la lengua günün a yajüch, la bibliografía registra al menos dos términos relativos a juegos de pelota (ninguna de ellas figura en Casamiquela 1983):
(1): Claraz (1988: 148) <yabaltó> “chueca”. <balta> “palo usado en la chueca”, (p. 153) “palo para jugar a la chueca”, (Harrington ms) <balhta> “(h aspirada) chueca, pelota”.
(2): Bórmida y Casamiquela (1959: 176) <iamLachë> (remplazo con <L> la letra usada por los autores para representar una lateral sorda) ‘juego de pelota realizado por dos bandos opuestos de cuatro jugadores cada uno. El campo de juegos era limitado por dos lazos. La pelota era de cuero de avestruz rellenada con bosta de caballo. El juego consistía en jugar a un adversario tirando la pelota por debajo de la pierna; el hombre alcanzado era considerado muerto. El bando sobreviviente anotaba un tanto’. 
La consideración de que günün a yajüch baLta pudiera ser una transferencia léxica del mapudungun pali (palitu-, etc.) choca con dificultades desde el punto de vista fonético: en los casos de préstamos indudables, mapudungun p y l pasan al günün a yäjuch siempre como p y l, nunca como b y L respectivamente (yapax < mapudungun yapag ‘tipo de bolsa’, malal < mapudungun malal ‘corral, cercado’, etc.). Por la misma razón, es difícil creer que se trate de un préstamo del español pelota.
 
 
Bórmida y Casamiquela agregan que el juego del <iamLachë> se denomina pillmatún en araucano. En mi anterior mensaje se me escapó esta forma mapudungun, que yo no documenté durante mi trabajo de campo. Augusta (1989: 192) da como forma sureña, propia de Panguipulli, pillma ‘pelota de paja con que juegan en cueros, solo vestidos de los calzones, pasándola por debajo del muslo’, pillmatun ‘jugar dicho juego’. Evidentemente, estas formas, o formas relacionadas, también son conocidas en el mapudungun de la Argentina: Benigar (1963: 20), p. ej., dice que al araucano occidental (o chileno) pillmatun ~ püllmatun le corresponde en el oriental (argentino) küllmatun ‘juego de pelota’.
 
 
Cordialmente,
 
Pedro
 
 
Referencias
 
Augusta, Félix J de. (1989): Diccionario mapuche-español. Santiago de Chile: Ediciones Séneca.
 
Beauvoir, Joseph (1915): Los Shelknam. Indígenas de la Tierra del Fuego. Sus tradiciones, costumbres y lengua. Buenos Aires: Librería del Colegio Pío IX.
 
Benigar, Juan (1963): Rogativas araucanas. Actas del Primer Congreso del área araucana argentina 2: 11-23. Buenos Aires. 
 
Borgatello, Maggiorino  (1928): Notizie grammaticali e glossario della lingua degli indi Alakaluf abitanti dei canali magellanici della Terra del Fuoco, Turín: Società Editrice Internazionale.
 
Bórmida, Marcelo y Rodolfo M. Casamiquela (1959): Etnografía gününa-kena. Testimonio del último de los tehuelches septentrionales. RUNA, Archivo para las ciencias del hombre, 9 (l-2): 153-193. Buenos Aires: Universidad de Buenos Aires.
 
Bridges, Thomas (1933): Yamana-English. A dictionary of the speech of Tierra del Fuego, edited by Dr. F. Hestermann and Dr. M. Gusinde, preface by W. S. Barclay, Mödling in Austria: Missionsdruckerei St. Gabriel.
 
Casamiquela, Rodolfo M. (1983): Nociones de gramática del gününa küne. Paris: Centre National de la Recherche Scientifique-PUF
 
Claraz, Jorge (1988): Diario de viaje de exploración al Chubut 1865-1866. Estudio preliminar y mapa por Rodolfo Casamiquela, traducción del vocabulario y apéndice, bibliografía y epílogo por Meinrado Hux. Buenos Aires: Marymar.
 
Fernández Garay, Ana (2004): Diccionario tehuelche-español / índice español-tehuelche. Current Studies on South American Languages, ILLA (Indigenous Languages of Latin America), Vol. 4. Leiden: CNWS Publications.
 
Gusinde, Martin (1931): Die feuerland Indianer, Band I, Die Selk’nam, Mödling bei Wien.
 
Gusinde, Martin (1986): Los indios de Tierra del Fuego. Resultado de mis cuatro expediciones en los años 1918 hasta 1924, organizadas bajo los auspicios del Ministerio de Instrucción Pública de Chile, en tres  tomos, por... Tomo segundo, Los Yamana. Traducido del alemán por H. W. Jung, C. Romero y B. Romero, bajo la dirección del Dr. W. Hoffmann. Buenos Aires: Centro Argentino de Etnología Americana, 3 vols. Título original: Die feuerland Indianer, Band II, Die Yamana, Mödling bei Wien, 1937.
 
Harrington, Tomás (ms). [Cuaderno conteniendo un vocabulario gününa küne]. Original actualmente en el Centro Nacional Patagónico (CENPAT), Puerto Madryn.
 
Lothrop, Samuel Kirkland (1928): The Indians of Tierra del Fuego. Contributions from the Museum of the American Indian, vol. X, Nueva York: Heye Foundation
 
Martínez Crovetto, Raúl (1987): Deportes y juegos de los indios ona de Tierra del Fuego. Ushuaia: Cabo de Hornos Ediciones.
 
Najlis, Elena L. (1975): Diccionario selknam. Buenos Aires: Universidad del Salvador, Facultad de Historia y Letras, Instituto de Filología y Lingüística (Lingüística y Filología, vol. 4).
 
Segers, Polidoro A. (1891): Tierra del Fuego: Hábitos y costumbres de los indios Aonas. Boletín del Instituto Geográfico Argentino, 12 (5-6): 56-82. Buenos Aires.
 
Tonelli, Antonio (1926): Grammatica e glossario della lingua degli Ona-Šelknám della Terra del Fuoco, Turín: Società Editrice Internazionale.
 
Turco, G. Del (1903) Carta al Padre D. Rúa, 24-IX-1903. Manuscrito conservado en la Biblioteca del Colegio Salesiano de Buenos Aires.

--- Em qui, 4/6/09, Danilo Vilicic <danivilicic at yahoo.com> escreveu:


De: Danilo Vilicic <danivilicic at yahoo.com>
Assunto: Re: [etnolinguistica] Jogos de bola
Para: etnolinguistica at yahoogrupos.com.br
Data: Quinta-feira, 4 de Junho de 2009, 20:31













Estimado Perdo Viegas Barros:
¿existen terminos en lenguas como el tehuelche o el gununa kune? ¿tal vez préstamos del mapudungun producto de la araucanizació n?
 
Danilo V.

--- El dom, 31/5/09, Pedro Viegas Barros <peviegas2003@ yahoo.com. br> escribió:


De: Pedro Viegas Barros <peviegas2003@ yahoo.com. br>
Asunto: Re: [etnolinguistica] Jogos de bola
Para: etnolinguistica@ yahoogrupos. com.br
Fecha: domingo, 31 mayo, 2009 10:52









Estimado Eduardo: 
  
Espero que estos datos le sean útiles. Cordialmente, 
  
Pedro 
  
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Martínez Crovetto (1968a) describió un par de juegos de pelota entre los mocovíes del Chaco, en un trabajo interesante por la cantidad de datos –incluyendo bibliografía- que aporta, El primero de estos juegos es el siguiente (Martínez Crovetto 1968a: 18-19) 
  
‘Leremá. Es el famoso juego, común a numerosas naciones aborígenes de Norte y Sudamérica, que fuera asimilado al “hockey” (Métraux 1940) y que se conoce con el nombre de “chueca”. 
Los mocovíes de principios de siglo lo jugaban emplea[n]do un palo llamado “pon”, el cual era hecho de cualquier rama que presentara un extremo curvado en forma adecuada y un largo de aproximadamente 1,20 m . La pelota o “nelegué”, de forma irregular, se hacía por lo general de madera de “mapík” (algarrobo blanco, Prosopis alba) o de “wawák” (guayaiví, Patagonula americana). 
Como campo de juego (liktá’) se utilizaba una extensión despejada de veinte a cincuenta metros de largo por igual ancho, en dos de cuyos lados se marcan sendas rayas de unos 3 m . de largo sobre el suelo, a modo de arcos o “netanká’”: éstos pueden ser completados con la adición de un tronco o de un montón de ramas en cada extremo. 
El número de jugadores (leremá lo’ó) intervinientes es variable, según la cantidad de gente disponible, pero por lo común lo hacen 4 ó 5 por bando. Dos de ellos, uno de cada equipo, se ubican sobre la línea de gol, como guardavallas, y su única misión es defender. El resto de los participantes tiene la función de obtener el “inoronék” o gol. El partido se inicia colocando la pelota en el centro de la cancha y a la voz de orden dada por lo mismos jugadores o bien por el “npetranák”, suerte de referee que dirige utilizando un “npeté” o silbato de “kolá letaá” (tacuara, Guadua angustifolia). Inmediatamente todos los jugadores, con la excepción de los arqueros, tratan de llevar la pelota a la valla contraria golpeándola con sus palos y hacerla cruzar la línea del gol. Si éste se obtiene, se la vuelve a poner en juego desde el centro de la cancha. Cuando la pelota sale fuera de los límites del campo, es arrojada al centro
 por los mismos jugadores o por el público. El partido se juega a un número determinado de goles, o bien, apostando por cada gol. 
Este juego, del cual no hay antecedentes en cuanto a los mocovíes, fue practicado por diversas naciones aborígenes del Gran Chaco, habiendo sido señalado p[ara] los matacos y ashlushlays (Nordenskiöld 1910: 431 y 1912: 44) chorotíes (Nordenskiöld 1912: 44; Rosen 1924: 155), pilagás (Palavecino 1933: 569-571 y 1933a: 108), mbayás (Sánchez Labrador 1910: 12), chiriguanos y tapietés (Nordenskiöld 1910: 431 y 1929: 168), lenguas y suhin (Hawtrey 1901: 297), angaités (Hanke 1945, fig. pág. 42), churapas (Nordenskiöld 1922: 28), lules y tonocotés (Machoni 1877: 169), además de los araucanos de Argentina y Chile y de algunos grupos de indígenas de los Estados Unidos (Nordenskiöld 1910: 430). También lo jugaros los tobas, quienes lo denominaban “lmá”. Los horio, ebidoso y chamacocos poseían un deporte parecido, pero que se efectuaba con largos palos terminados en una pequeña raqueta (Baldus 1931: 109-110; Boggiani 1894: 61, fig. 35).
 Raquetas de este tipo se han señalado también para los chiriguanos (Nordenskiöld 1912: 170, fig. 101). 
Muy interesante resulta el hecho de que la chueca,… se ha jugado, a través de toda su área de expansión, con muy escasas variantes. Es así, por ejemplo, que la forma en que los mocovíes lo llevaban a cabo, resulta muy semejante a la utilizada por los araucano-pehuenches a principios de esta centuria, según se desprende de las narraciones del aborigen Pablo Paillalef (Álvarez 1962: 637-638). 
Se ha sostenido que el “hockey” aborigen representaba un enfrentamiento entre “grupos sociales” contra “otros grupos sociales”, lo cual contribuía a dar al partido un carácter eminentemente belicoso (Métraux 1940).  Entre los mocovíes de principios de siglo no revestía tal índole y los jugadores se reclutaban al azar, sin que hubiera equipos preformados: por esta causa, tal vez, no había lesionados ni se concluía en una batalla campal, con brazos o piernas rotas, como solía suceder entre los araucano-pampas (Guinnard 1944: 96)’. En otro trabajo, Martínez Crovetto (1968b: 3) señala la presencia de este juego también entre los vilelas, pero sus consultantes ignoraban el nombre del mismo. 
  
El segundo juego de pelota practicado por los mocovíes descripto por Martínez Crovetto (1968a: 20) es el siguiente: 
‘Nokopiná. Se juega con una pelotita hecha de chala de maíz, trapo o papel convenientemente liado y provista de dos plumas de ñandú (mañík lawé) o de gallina (wakái lawé), la cual recibe el nombre de “nokopiná”. Los participantes forman una ronda y se arrojan la pelota de uno a otro golpeándola con la palma de la mano; el que la deja caer pierde y es eliminado, de tal modo que el partido concluye cuando queda un solo jugador, que es el ganador y el que se alza con todas las apuestas. Si durante el juego l[a] pelota se desvía, va lejos o cae fuera del lugar, el mismo que la arrojó mal debe reiniciar el partido. 
El “nokopiná”, que ha sido asimilado al reguilete o volante, era el entretenimiento de hombres, mujeres y niños, y ha sido descripto para los mbayás (Sánchez Labrador 1910: 8), los chorotís (Nordenskiöld 1920: 111; Rosen 1924: 155), los chiriguanos, guarayos, churapas y chimanes (Nordenskiöld 1920: 111 y 1929: 170), los lenguas (Hawtrey 1901: 297) y los caduveos (Boggiani 1945: 142). Fuera del ámbito chaqueño se lo ha señalado para diversas naciones aborígenes sudamericanas hasta Venezuela.’ 
  
En otro artículo, Martínez Crovetto (1968c: 8-9) señaló la presencia de este juego también entre los guaraní-mbyá de la provincia argentina de Misiones, describiéndolo así: 
‘Peté. Juegan al reguilete con una pelota de chala de maíz anudada en un extremo, provista de dos plumas de gallina o “sarakúra” (Aramides sarakura)… Esta es golpeada con las palmas de la mano (de donde deriva el nombre del juego) y enviada hacia arriba, dentro de una ronda de jugadores, quienes deben devolverla e impedir que caiga al suelo. 
Lo practican hombres, mujeres y niños y se lleva a cabo como simple entretenimiento, o sea, sin apuestas y carece de todo sentido mágico o religioso. La pelota recibe el nombre de “mangá”. 
Müller (1935: 442) cita este juego para los mbîá del este del Paraguay, lo mismo que para los chiripá, habiendo sido señalado, además, para los guarayos (Nordenskiöld 1922: 168), chiriguanos (Métraux 1930: 343-344), apapocuva (Nordenskiöld 1929: 170) y numerosos otros grupos fuera del complejo guaraní’. 
  
            Los maká (familia mataguaya), practicaban antiguamente un juego de pelota. Según José Braunstein (citado en Gerzenstein 1999: 308) ‘[e]ste juego consistía en empujar o golpear una pelota de madera con una rama doblada en un extremo hasta introducirla en un conjunto de ramas enmarañadas. Constituía uno de los marcos de los encuentros sociales de los maká. Probablemente su práctica debía estar en tiempos antiguos asociada a reuniones e intercambios entre bandas o tribus’. 
Como se ve, se trata de una variante del juego de la chueca o “hockey” indígena descripto por Martínez Crovetto. J. Gómez-Perasso (también citado en Gerzenstein 1999: 295) dice: ‘[e]l juego con pelotas de quebracho colorado se relaciona estrechamente con la época de recolección del algarrobo blanco, que motiva la reunión de las comunidades vecinas, quienes compiten amistosamente por collares, brazaletes o mantas. EL juego se realiza en el propio claro alrededor de la aldea y va acompañado de grandes convites’. 
  
            Yo agregaría que en la actualidad, en todos los grupos indígenas de la Argentina el fútbol es un deporte tan popular como en el resto de la población. En todos los pueblitos hay canchas para jugar a este deporte. Muchos varones son seguidores de los principales clubes nacionales, y es normal, por ejemplo, que los varones de distintas edades pasen por lo menos dos o tres horas de la tarde de los sábados y/o domingos escuchando los partidos por la radio. 
  
Fuera de las formas ya citadas por Martínez Crovetto, la terminología relativa a juegos de pelota que conozco para lenguas indígenas chaqueñas y patagónicas, aunque no tuve tiempo de hacer una búsqueda exhaustiva) sería la siguiente: 
  
Familia guaicurú: 
-- Mbayá: (Sánchez Labrador 1971) <nacaligita> ‘pelota de resina muy elástica con la que juegan’ 
-- Kadiweu (Griffiths 2002) -bo:la-Ga ‘jugar a la pelota’, ’fútbol’ (préstamo del portugués). 
-- Toba (Buckwalter y Litwiller de Buckwalter 2004) keloke ‘pelota’, ‘fútbol’ 
-- Nachilamolék (Arenas 2003) polke “chueca” 
            En lo que hace a las posibles etimología de las formas que no son préstamo, creo que las formas mbayá y toba son cognadas, mientras que la forma nachilamolék podría estar relacionada con abipón [Najlis 1966] pepelkinRa ‘bola’ (con reduplicación de la sílaba inicial) y posiblemente también con mbayá <nibiloque> ‘ovillo’ (en mbayá <nacaligita> y <nibiloque>, nV- es el prefijo de poseedor indeterminado) . 
  
Familia Mataguaya 
-- Maká (Gerzenstein 1999): -qeseti’ ‘pelotita antigua de madera’, -qeseti’i ‘jugar a la pelotita’, -phof ‘pelota de fútbol’. Gerzenstein (1999: 308, 327) sugiere una relación etimológica entre -qeseti’ (donde qe- parece ser el prefijo alienabilizador qV-) y el fitónimo sitin-uk ‘quebracho blanco’ (Aspidosperma quebracho-blanco) cuya ‘…madera se utiliza para la fabricación de la pelotita antigua’. Creo que -phof puede ser de origen onomatopéyico. 
-- Chorote (Drayson 2009) pelota ‘fútbol’ (préstamo del español). 
  
            Familia Lule-Vilela: 
            -- Lule (Machón 1877) <aylyty> ‘juego de pelota’, <ayly> ‘pelota’; <uysty> ‘juego de chueca’. 
  
-- Mapudungun (lengua aislada; mis propios datos de campo): pali ‘bola para jugar a la chueca’, pali-n (-n sufijo de infinitivo y nominalizador abstracto) ‘juego de chueca’, pali-tu- (-tu sufijo verbalizador) ‘jugar a la chueca’, pali-fe (-fe sufijo nominalizador agentivo) ‘jugador de chueca’, pali-we (-we sufijo nominalizador locativo) ‘cancha de chueca’. 
  
            Familia Alacalufe 
            -- Kawésqar (Clairis 1985) arqjero ‘arquero’, pelota ‘pelota’, folwol ‘fútbol, pelota’, wol ‘gol’ (todos préstamos del español), jepatel-qhar ‘pelota’ (jepatel ‘jugar’, -qhar sufijo nominalizador instrumental) . 
  
  
  
Referencias: 
  
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Baldus, Herbert. 1931. Indianer Studien im nordöstlichen Chaco. Leipzig: C.L. Hirschfeld. 
  
Boggiani, Guido. 1894. I Ciamacoco. Bollettino della Società Geografica Italiana 3 (7): 466-510. Roma. 
  
Boggiani, Guido. 1945. Os Caduveos. Tradução de Amadeu Amaral Júnior. Revisão, introdução e notas de Herbert Baldus. San Pablo. Livraria Martins Editora. 
  
Buckwalter, Alberto S. & Lois Litwiller de Buckwalter. 2004. Vocabulario castellano guaycurú. Formosa/Elkhart: Equipo Menonita/Mennonite Missions Network. 
  
Clairis, Cristos. 1985. El qawasqar. Lingüística fueguina, teoría y descripción. Valdivia: Universidad Austral de Chile (EF, Anejo 12). 
  
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Rosen, Eric von. 1924. Ethnographical research work during the swedish Chaco Cordillera expedition, 1901-1902. Estocolmo. 
  
Sánchez Labrador, José. 1910. El Paraguay católico. 2 vol. Buenos Aires: Coni Hnos. 
  
Sánchez Labrador, José. Vocabulario Eyiguayegi. Según el manuscrito del siglo XVIII. Parte 1ra: Letras: A – LL. (Lenguas Chaqueñas. Tomo III, vol. 4. Edición: B. Susnik, Asunción: Museo Etnográfico “Andrés Barbero”. 
 

--- Em sáb, 30/5/09, eduardo_rivail <kariri at gmail. com> escreveu:


De: eduardo_rivail <kariri at gmail. com>
Assunto: [etnolinguistica] Jogos de bola
Para: etnolinguistica@ yahoogrupos. com.br
Data: Sábado, 30 de Maio de 2009, 19:48




Prezados,

Na Arte de Grammatica da Lingua Kiriri, o Padre Mamiani (http://tr.im/ mamiani) registra o seguinte verbete (p. 24 da edição de 1877; http://tr.im/ kiriri):

"Pepè, péla de jugar"

Como demonstra Aryon Rodrigues (1948), pode-se aprender muito acerca da cultura Kipeá através dos dados lingüísticos disponíveis na gramática e no catecismo de Mamiani. O lexema acima parece sugerir a existência de um jogo de bola entre eles. Alguém saberia se haveria alguma descrição deste jogo?

Eu ficaria grato também por qualquer informação sobre jogos de bola entre outros povos sul-americanos (bem como, se possível, indicações bibliográficas sobre tais jogos e a terminologia, em língua indígena, relacionada aos mesmos).

Abraços a todos,

Eduardo

Referência:

Rodrigues, Aryon. 1948. Notas sôbre o sistema de parentesco dos índios Kiriri. Revista do Museu Paulista (Nova Série) 2:193-205.




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