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Thu Jul 15 16:53:06 UTC 2004


>From La Jornada de Oriente, 15 julio


Denuncian acoso policiaco contra un centro de cultura náhuatl en Huitziltepec

Fermín Alejandro García q Desde hace tres años en Santa Clara Huitziltepec se
estableció un templo religioso de la tradición náhuatl en el cual se rinde
culto a Tonantzin o guadalupana, que es “la madre tierra”. Desde de la semana
pasada, presuntos agentes de la Policía Estatal han estado amedrentando al
creador de este lugar y a los pobladores que asisten a dicho sitio.

La primera agresión ocurrió el sábado 10 de julio, cuando a las 3 de la tarde
llegó al centro religioso en cuestión, también conocido como “la capilla del
cerrito”, un supuesto grupo de siete agentes de la Policía Estatal, los cuales
portando armas de grueso calibre y apuntando hacia la gente que estaba ahí,
tomaron fotografías del lugar.
El creador y encargado de ese centro religioso, Citlalxochitzin Topalzin, en
entrevista con La Jornada de Oriente, narró que mandó a un niño a preguntar a
los uniformados qué estaban haciendo. Los agentes le respondieron que estaban
recabando información acerca del responsable del templo.

No le dio importancia a lo sucedido ­dijo­, pues al comentarlo con otras personas
le dijeron que probablemente los policías iban de paso y la curiosidad los
llevó a entrar al templo, aunque al mismo tiempo le hicieron la observación de
que no es habitual que agentes policiacos lleguen a la comunidad.

El martes de esta semana, al mediodía, Citlalxochitzin Topalzin estaba debajo
de un árbol, dialogando con un grupo de alumnos que tiene de la primaria del
pueblo. A unos metros de distancia, por espacio de cinco minutos, de nueva
cuenta un grupo de supuestos agentes de la Policía Estatal, mal encarados, sin
dar explicaciones, lo estuvieron observando y tomándole fotografías.

Una mujer y un hombre de la comunidad, que conocen el funcionamiento de los
cuerpos de seguridad pública, alertaron a Citlalxochitzin acerca de que dos
grupos de las policías Estatal y Judicial, los primeros provenientes de
Huixcolotla y los segundos de Tecali de Herrera, lo andan vigilando para
intentar detenerlo.

A la gente del pueblo le ha indignado mucho lo que esta sucediendo, señala el
entrevistado, pues independientemente del culto que sea, la población considera
una grave ofensa que alguien entre con armas de fuego a un centro religioso y
se dedique a amedrentar. Además los presuntos policías que llegaron no han
querido dar una explicación de su presencia.

Conflictos con el sacerdote

Citlalxochitzin Topalzin es un joven estimado en la comunidad. Imparte clases
lo mismo en la primaria, que en secundaria y el bachillerato de este pueblo. En
el tercero de estos planteles, el gobierno lo dotó de computadoras, pero no de
maestro de cómputo. Topalzin, de manera voluntaria, sin cobrar, accedió a
enseñar a los alumnos el manejo de dicho equipo.

Hasta ahora no se ha involucrado con ninguno de los grupos políticos de la
comunidad. Solamente participa en actividades del Frente Zapatista y con
organizaciones indígenas. Cuando el 16 de junio de 2001 el Congreso de la Unión
aprobó una reforma constitucional en materia de derechos y cultura indígena sin
respetar los acuerdos de San Andrés Larráinzar, él decidió “entrar en rebeldía
contra el Estado mexicano”, por lo que incineró sus documentos oficiales y
mandó una carta de protesta a la presidencia de la República, pero sin agredir
a nadie.

La única persona que ha mostrado animadversión en su contra, sostiene, es un
párroco de apellido Nájera, quien no soporta que Citlalxochitzin Topalzin
difunda la tradición de la cultura náhuatl.

En varias ocasiones, en las homilías dominicales, el clérigo ha lanzado
diatribas contra el responsable de “la capilla del cerrito”.

Este cura, narra Topalzin, ha intervenido en los conflictos del pueblo,
revuelve la actividad religiosa con la política. Cuando hace algunos años había
una disputa entre grupos del PRD y el PRI de la alcaldía del municipio, el
sacerdote se identificó y luchó con una de estas fuerzas políticas.

Por esa razón no descarta que una queja del sacerdote haya generado el acoso
policiaco que ha sufrido en los últimos días.

El centro religioso que instaló en Huitziltepec, explicó Topalzin, tiene por
objeto el dar a conocer el arte, las costumbres y la cosmovisión de la cultura
náhuatl. Tanto indígenas de municipios vecinos como de la Sierra Norte y otras
partes del país han estado en este lugar para conocer un poco más de la
adoración de Tonantzin, que entre los indios es la guadalupana, “la madre de la
tierra”.

Hasta ahora, dijo, ha respetado la libertad de cultos y no ha agredido a los
católicos del pueblo; muchos de ellos al mismo tiempo son asiduos asistentes al
templo náhuatl.



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